Al abrir los ojos, mi pensamiento ha voladoDe la carta de Ludwig van Beethoven a Teresa Brunswick
hacia ti, ¡oh amor mío
inmortal! Ora lleno de esperanza, ora melancólico y triste,
interrogo al destino y le pregunto qué nos reserva.
No puedo vivir sino
todo contigo o completamente separado de ti.
De modo que he resuelto
irme lejos , hasta que pueda volar a tus
brazos, y sentarme contigo en
un mismo hogar. Entonces mi alma,
envuelta en tu amor, podrá elevarse a
las regiones celestes.
Sí, yo debo
partir,¡es necesario! Tú te resignarás, pues conoces la fidelidad de mi corazón.
¡Jamás otra mujer lo poseerá!
¡Jamás!...
…Es menester que cierre
ahora esta carta si quiero que llegue a ti…
Estate tranquila y ámame. Hoy como ayer,
mi alma ha volado hacia ti y he
llorado.
¡Adiós a ti, a ti, mi vida, mi todo! ¡Oh, tesoro mío! Ámame siempre
y no desconozcas jamás el corazón fiel de tu amado.
¡Eternamente
tuyo! ¡Eternamente mía! ¡Eternamente uno de otro!
(7 de julio de 1807)
Ningún comentario:
Publicar un comentario